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15 de junio de 2015

Una historia de 20 años

Liceo de Escazú

Artículo principal - Edición No. 316 - Junio de 2015

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Los seis profesores que permanecen desde la fundación del liceo. De izquierda a derecha aparecen: Gerardo Arias, Flory Peña, Evelyn Fernández, Imelda Jiménez, María Teresa León y Thelma Guzmán.
Foto Marco Roldán / Archivo El Informador de Escazú


De nuestros archivos
Publicado en noviembre de 1989
Por Marco Antonio Roldán

El año 1970 marcó una pauta en la historia de la educación escazuceña, al fundarse el Liceo de Escazú. Desde entonces, los escazuceños cuentan con la comodidad de tener en su comunidad un centro de enseñanza media financiado por el Estado, que sirvió de estímulo para que más jóvenes se entusiasmaran por estudiar la secundaria.

Si usted es exalumno de esa institución, quizás podrá recordar con agrado a aquellos hombres y mujeres que fueron sus profesores: Gerardo Arias Fallas (matemática), Flory Peña Flores (francés), Evelyn Fernández Rodríguez (inglés), Imelda Jiménez Alvarado (matemática), María Teresa León Fernández (ciencias) y Thelma Guzmán Vargas (educación física). Ellos son los únicos que han permanecido durante los 20 años de existencia del colegio.

También estuvieron desde el principio, aunque no actualmente: María Hernández Rivas “Mami” (artes industriales), Mireya González Martínez “Mireyita” (estudios sociales), Flor de María Paniagua Soto (artes plásticas) y Haydee Escalante Alvarado (estudios sociales); esta última ya fallecida.

Entre los profesores que llegaron un tiempo después de la fundación y que aún están en la actualidad, se pueden mencionar: Carlos González Vindas (ciencias), Lilliam Castro Bermúdez (francés), Vilma Madriz Hernández (artes plásticas), Miriam Arias Loaiza (estudios sociales) y Virgita Ávila Sancho (educación para el hogar).

Otros docentes, igualmente veteranos del liceo, pero que ya no están laborando en la institución, son: Rose Mary Pessoa Cortés (español), Danilo Carvajal Bejarano (educación física), Guiselle Bolaños Mora (matemática), Humberto Gómez Albir (música), María Elena Mora Abarca (biología), Rodrigo Monge Elizondo (español) y Miguel Hernández Ulloa (educación física); este último también fallecido.

Primeros pasos

Con 250 estudiantes, 20 profesores y el director, el Liceo de Escazú inició sus funciones el 1 de marzo de 1970 en el palacio municipal, donde se acondicionaron unas aulas provisionales en la segunda planta y en la parte trasera del edificio. Al año siguiente, se utilizó también el salón parroquial.

Mientras tanto, el comité pro colegio —creado un año antes— junto con el director, don Mario Rodríguez Matamoros, hacían las primeras gestiones para poner en marcha la construcción del centro de enseñanza.

En medio de dificultades económicas lograron adquirir dos manzanas de terreno por la suma de ¢220 000, con lo que se pudo dar inicio al levantamiento del primer pabellón.

En el año 1972 los estudiantes empezaron a ocupar el nuevo pabellón. Luego se compraron dos manzanas más, al mismo propietario de las anteriores, don Fausto Soto Montero, quien muy generosamente obsequió manzana y media adicional.

Dotados del suficiente espacio, se fueron construyendo más pabellones a través de los años, conforme aumentaba el número de estudiantes, y es así como al cabo de 10 años se había levantado un total de ocho, que son los existentes en la actualidad.

El Liceo de Escazú contó en sus primeros años con la buena voluntad de escazuceños que trabajaron gratuitamente durante los sábados y domingos en la construcción de los pabellones. Otras personas colaboraron en los turnos y bingos que se realizaban con el fin de reunir fondos para la obra.

El primer director, don Mario Rodríguez Matamoros, fue un hombre que trabajó intensamente para que todos los proyectos se convirtieran en realidad. Gracias a su buena relación con don Fausto Coto Montero, antiguo propietario del lote donde hoy se levanta el liceo, pudo conseguir la venta de la propiedad por un precio simbólico.

No menos importante fue la labor que llevó a cabo la primera junta administrativa, que estuvo integrada por: Aquilino Marín Azofeifa, presidente; Miguel Porras Morales, vicepresidente; Luis Herrera Herrera, secretario; Arnulfo Roldán Porras y Narciso Bustamante Herrera, vocales.

Asimismo, destaca el esfuerzo de doña Carmen Venegas Moreno, por su trabajo incansable como miembro de la asociación de padres de familia.

Don Mario Rodríguez, hombre conocido por la mayoría de los ex alumnos, fue el director y fundador, ocupando el cargo por espacio de 16 años.

En mayo de 1986 se pensionó y le sucedieron en el cargo, en su orden: Nuria Ching, Lilliam Castro, Jorge Avendaño y el Lic. Jorge Escalante Aguilar, quien estuvo durante todo el presente año.

El liceo cuenta con un bonito himno, cuya letra y música fue realizada por el compositor escazuceño don Marcos Arias Aguilar.

Actualidad

Durante el curso lectivo que recién finalizó, la institución albergó en sus aulas 797 estudiantes, cifra que se ha reducido considerablemente con respecto a años anteriores, donde el número de matriculados llegó a sobrepasar en ocasiones los 1200. El personal docente lo integraron 41 profesores.

El colegio cuenta con biblioteca, cancha de baloncesto, gimnasio y un comedor, donde 72 estudiantes de escasos recursos económicos reciben totalmente gratis el almuerzo. Aparte de este beneficio, se les brinda una beca que les resuelve el problema de compra de calzado, camisas, transporte y otros.

El resto de los estudiantes reciben el almuerzo pagando una contribución voluntaria, que muchas veces es de ¢5, ¢10, ¢20 y a veces menos.

En los últimos años la imagen estética del liceo se vio sumamente afectada por el deterioro que presentaban los ocho pabellones en los pisos, paredes, ventanales y pintura. Durante este año se realizaron reparaciones en cuatro de ellos y se espera reparar dos más antes que inicie el próximo curso lectivo.

En la zona comprendida al este del gimnasio de la institución, se estuvieron realizando movimientos de tierra con tractores, ya que se pretende construir una cancha de fútbol, que podría estar lista en julio del año entrante.

Un número considerable de escazuceños han cursado la secundaria en el Liceo de Escazú. Profesores que nunca se olvidan, recuerdos de los compañeros, son algunas evocaciones de nostalgia que aún permanecen imborrables en la mente de la mayoría de los ex alumnos.

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Don Mario Rodríguez, primer director, considera fundamental el aporte que brindaron los padres de familia en la construcción del Liceo de Escazú.
Foto Marco Roldán / Archivo El Informador de Escazú


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2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esa informacion tan valiosa la cual me ayudo mucho en mi proyecto!!

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  2. Yo tuve la dicha de cursar la secundaria en el Liceo de Escazú. Con excepción de doña Imelda, todos los demás en la foto fueron mis profesores. Cuando hice el examen de bachillerato, tomé con seriedad el reto, en parte porque me sentía obligado a retribuir la gran inversión que se había hecho en mí, y porque sentía la responsabilidad de cuidar la imagen del Liceo de Escazú. Obtuve un cien en matemática y aprobé el examen de diagnóstico en la UCR, lo cual me eximió de cursar matemática 125. Todavía recuerdo preguntándole a don Gerardo si el creía que me podría ir bien en la universidad, a lo cual don Gerardo me contestó que sí en tono seguro y dándome mucha confianza. Habiendo entrado al Liceo en 1985, tuve la dicha y suerte con conocer a don Mario Rodríguez, todavía como director. También tuve la suerte de llevar ciencias un año con don Carlos Vindas. De esto el recuerdo es grato de cuando don Carlos nos llevó a ver un “edificio de apartamentos”: un árbol en el costado norte del pabellón, diagonal a la dirección del Liceo. Viendo esa experiencia en perspectiva, después de cursar una carrera en la UCR y un posgrado afuera, me doy cuenta de que cuando salí del Liceo llevaba todo lo que necesitaba para salir adelante académicamente. Otro ejemplo es la Dra. Giselle Sandi, a quien le seguí los pasos, en la UCR y en Northern Illinois University, donde ambos cursamos posgrados en química. En aquellos años no había computadoras. Fue en el Liceo donde aprendí a “teclear” cuando llevé el curso de mecanografía en quinto año. Concuerdo con mi amigo Dr. Randall Rojas, con que lo más importante es aprender los conceptos y los profesores en el Liceo de Escazú y en la UCR hicieron un excelente trabajo enseñándonos todo lo que necesitábamos aprender.

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