Pulse sobre la imagen para verla más grande
Artículo principal - Edición Nº 181 - Abril de 1996
El 15 de setiembre de 1895 se inaugura en San José el Monumento Nacional. Cien años después, en la misma fecha, se estrena en Escazú un monumento dedicado a los héroes escazuceños que participaron en la Campaña Nacional 1856-1857, donde muchos de ellos ofrendaron su vida por defender la libertad, cuando nuestro país se encontraba amenazado por la invasión de los filibusteros.
La obra, construida en el exterior de la iglesia de Escazú, tiene una placa en la que aparecen los nombres de 79 escazuceños, quienes al mando del comandante Mercedes Guillén, lucharon en los campos de batalla durante la guerra que se prolongó durante más de un año, y que tuvo como escenario el sector fronterizo de Nicaragua y Costa Rica.
El capitán Mercedes Guillén, nativo de Escazú, jugó un papel trascendental en este conflicto, tanto así, que algunos historiadores se cuestionan quién fue más importante si Juan Santamaría o este hombre.
El comandante Guillén fue una persona sin ningún poder político ni económico, no obstante, dada su gran capacidad e inteligencia, logró ser capitán, honor que solo alcanzaban personalidades de alto rango, como los grandes cafetaleros. Este señor fue imaginero (escultor de imágenes), creando en el siglo pasado la imagen del Cristo yacente, que hasta el día de hoy se conserva en la parroquia de Escazú y que se lleva en el Santo Sepulcro en la procesión del Viernes Santo.
Escazuceños valientes, la mayoría de ellos campesinos humildes, atendieron al llamado del presidente Juan Rafael Mora, y con sus fusiles en mano defendieron la libertad de nuestra nación. Algunos fueron gravemente heridos, otros murieron en la batalla o sucumbieron víctimas de la peste del cólera.
La historia cita casos como el de Ambrosio Herrera y Trinidad Hernández, quienes murieron de un balazo en la cabeza, y el de Julián Angulo, quien fue herido en el brazo.
El cantón que más hombres aportó a la campaña fue Escazú, siendo en ese entonces su territorio de gran tamaño, pues comprendía lo que hoy es Santa Ana, Mora y Puriscal.
En la batalla de Rivas, el 11 de abril de 1856, el total de caídos fue de 136 soldados. El mayor contingente fue de Escazú con 38 hombres muertos.
Como consecuencia de la epidemia del cólera, perecieron en la campaña y en el camino de Nicaragua a Costa Rica, un total de 13 escazuceños. El soldado José Echavarría, de Escazú, murió de camino para Rivas, ahogado en el Golfo de Nicoya, en marzo de 1856.
En la batalla del 11 de abril de 1857 y en el fuerte de San Carlos, fallecieron 4 soldados de nuestro cantón. En síntesis, 56 escazuceños murieron en la Campaña Nacional, según consta en el libro de defunciones del capellán del ejército, Pbro. Dr. Francisco Calvo.
Durante la inauguración del Monumento Nacional, el 15 de setiembre de 1895, el Gobierno de la República honró a los héroes de todo el país, en la persona de alguno de sus descendientes directos, con una medalla de plata del tamaño de una moneda actual (1996) de cinco colones. En el anverso de la misma aparece la reproducción de esta obra del escultor francés Louis – Robert Carrier Belleuse, con la siguiente leyenda: Monumento Nacional — 15 de setbre.—1895 y en el reverso: A las soldados de las campañas de 1856-1857 —La Patria Reconocida—.
El monumento
La idea de construir el monumento fue una iniciativa del cura párroco de Escazú, Pbro. Walter Howell Castro, quien un día leyendo el libro “Los muertos de la Campaña Nacional 1856-1857”, de Monseñor Sanabria, publicado en 1932, se entero que más de la cuarta parte de los soldados que murieron en la batalla de Rivas eran de Escazú. Esto le hizo pensar como es que nunca se hubiera levantado un monumento en homenaje a tan heroicos escazuceños.
Esa misma inquietud había sido planteada años antes por el historiador Jorge Montoya, por medio de las páginas del desaparecido periódico local “El Brujo”.
El sacerdote, conjuntamente con el Club de Leones, la municipalidad y el historiador Prof. Jorge Arturo Montoya Alvarado, decidieron poner en marcha la construcción de la obra.
Revisando los folios de marina y guerra de Archivos Nacionales, y con datos del Museo Juan Santamaría, la Biblioteca Nacional y fuentes secundarias, el Prof. Montoya logró reunir una lista de 80 escazuceños que habían participado en la gesta heroica, y quizás se hubieran podido conseguir más, pero como se tenía previsto inaugurarlo el 15 de setiembre de 1995, el tiempo no fue suficiente.
El financiamiento se consiguió por medio del Club de Leones, quien puso a la venta bonos de ¢500, ¢1000 y ¢2000, recolectando de esta manera el dinero necesario. La mano de obra la aportó el municipio y el singular diseño lo creó el padre Walter.
La “Josefa”
La campana que adorna el monumento es una verdadera joya del pasado. Se llama “Josefa” y fue regalada a la parroquia por el Pbro. Dr. José Zamora en 1902. “Josecito”, como le decían al padre Zamora (de ahí el nombre de la campana), fue cura párroco de Escazú de 1873 a 1882, y por su carácter bondadoso era muy querido por sus feligreses, por lo que él, en retribución al cariño que le tenían, quiso dejarles este recuerdo.
La “Josefa”, construida totalmente de hierro en los talleres de Obras Públicas del Gobierno de Costa Rica, permaneció varios años en el campanario de la iglesia, hasta que alguien, no se sabe quién, la tocó cuando estaba sonando y se quedó muda (una campana no se puede detener bruscamente con las manos cuando está sonando porque se daña.) Se dice que su tañido se escuchaba en Guachipelín y aun en Santa Ana.
Colaboró en la elaboración de este artículo el Prof. Jorge Arturo Montoya Alvarado, con datos históricos.
8 comentarios:
Excelente artículo. En verdad, el aporte escazuceño a la Campaña Nacional fue enorme. Uno de mis parientes escazuceños (Silvestre Monge Molina)luchó en dicha campaña, y lo descubrí gracias a los documentos históricos que se citan en el artículo. En definitiva, es un honor saber que muchas familias campesinas protegieron con su sangre nuestra tan ansiada libertad.
Ambrosio Herrera Montes nacio 19 de diciembre de 1828 Escazú y Miguel Herrera Montes bautizado el 7 de julio de 1832 en Escazu, hijos legitimos de Fernando Herrera Flores, quien muere durante la epidemia del cólera en junio de 1856 y de Josefa Montes nativos de Escazú.Ambrosio casó con Josefa Solís y murió en Rivas Nicaragua , asi lo daclara su viuda en la mortual.Miguel casa primero con Ramona Sandí, viudo casa con JUana Badila Ríos nativa de Escazú.
Antonio y Cristina hermanos de Ambrosio y Miguel también mueren durante la epidemia del cólera.Como podemos ver hay mucha historia que contar en Escazú, el sacrificio fue gande y el sufriento también , pues la mayoria de las familias perdieron a mas de un ser amado.Miguel Herrera Montes era mi tatarabuelo.
Magnífico escrito, lo felicito. Don Mercedes Guillén fue el esposo de Agustina Roldán González, hermana de mi bisabuelo Luis Roldán González y de Jesús Roldán González, padre de Francisca Roldán Hidalgo y tatarabuelo de Marco Antonio Roldán Delgado. Yo soy Rogelio Roldán Barrantes, nieto de Arturo Roldán Capuro. Saludos.
Rogelio: Muchas gracias por su interesante aporte de mi árbol genealógico.
Marco Antonio Roldán
Dios y la Virgen los bendigan!
sí es una pena no saber de historia ,yo he visto esa placa muchas veces y no sabía que un pariente mío estuvo en la guerra si no es por este artículo!
viva Escazú!
Para complementar la información de Rogelio Roldán, Mercedes Guillén López era hijo de José Dolores Guillén, habìa nacido en 1825, se casó en setiembre de 1856 con Agustina Roldán, se sabe que nacieron dos hijas llamadas Adelaida y Merceditas, la primera se casó con José Joaquín Aguilar Quesada y de esta familia descienden los Aguilar Monge, famosos electricistas de Escazú, despuès don Josè Joaquín se casó en segundas nupcias con Joaquina Córdoba Mora de ésta descienden los Aguilar Alvarez (Mario, Leonel, Adrián, Teresita entre otros), doña Jaoquina era desciendiente directa de nuestro primer Jefe de Estado, don Juan Mora Fernàndez y también de nuestro Héroe y Libertador Nacional don Juanito Mora.-
Dentro de los héroes escazuceños que participaron en la guerra del 56-57, estaban unos parientes de este servidor llamados Casiano y Candelario Alvarado, que murieron en combate en la batalla de Rivas y sus restos reposan en una fosa común en dicha ciudad nicaraguense.-
Miguel Herrera Montes y Juana Badilla también son mis tatarabuelos, busco más información sobre la familia. Le agradezco cualquier dato
Publicar un comentario