15 de abril de 1999

Dos siglos de vida parroquial

Iglesia de Escazú 1915.


Artículo principal - Edición Nº 204 - Abril de 1999

Marco Antonio Roldán

Escazú era solo una aldea de la entonces provincia de Costa Rica. Corría el año de 1700, y había transcurrido un siglo desde que los primeros colonos procedentes de Galicia, España, se habían establecido en tierras escazuceñas.

Nuestro cantón aún no tenía un nombre definido, pues en un documento eclesiástico de esa época, citado por el obispo Bernardo A. Thiel, se menciona de tres maneras distintas: Iscasú, Yacasú y Escazú.

Por ese tiempo los habitantes de Escazú, que profesaban la fe católica, se quejaban de no poder asistir en invierno a la Parroquia de San Bartolomé de Barva de Heredia, a la que pertenecía Escazú, como consecuencia de las constantes crecidas del río Tiribí (el mismo que cruza el puente de Los Anonos), sin mencionar lo lejano que resultaba trasladarse hasta ese sitio en caballo o carreta.

En 1711 se crea en Escazú un oratorio, el cual fue establecido por iniciativa de Fray Benito Garret y Arlovi, obispo de Nicaragua y Costa Rica. Allí se oficiaban las misas y los sacramentos.

En 1722 el oratorio estaba a cargo de Fray José Suazo y funcionaba en la casa del capitán Andrés de Salazar.

En una escritura pública, extendida en 1793, los vecinos de Escazú solicitan que se erija una ayuda de parroquia y se comprometen a sostener a la iglesia y a su ministro, así como a reducirse en un poblado.

Por fin, el 19 de mayo de 1796, se comenzó la construcción de la primera ermita del barrio de Escazú, para lo cual se contó con la colaboración de los vecinos, quienes contribuían con arena, piedra, cal y maderas, además de la mano de obra, que brindaban en forma gratuita.

Casi tres años después de iniciada la obra, el 2 de marzo de 1799, el ilustre Fray José Antonio de la Huerta y Caso, obispo de Nicaragua y Costa Rica, funda la Parroquia de Escazú como ayuda o anexo de la de San José. Sin embargo, no fue hasta el 18 de julio del mismo año, en que el padre Félix Velarde solemniza la primera misa.

Don Félix Velarde Umaña, fue el primer cura párroco de Escazú, ocupando ese cargo hasta 1808. Este sacerdote se distinguió por haber sido el primer cultivador del café en nuestro país, y por esa época tenía en San José, el primer cafetal de Costa Rica, frente a lo que hoy es la Librería Universal.

En esa fecha la población de Escazú era de cerca de 1300 habitantes, y solo existían en lo que ahora es la provincia de San José, la Iglesia de San José y las doctrinas de Curridabat, Aserrí y Pacaca, cada una con su templo.

La historia no dice con qué material se construyó el primer templo parroquial, pero se cree que pudo haber sido una construcción de adobes, al igual que la Iglesia de San José de ese momento. No obstante, ese primer templo duró muy poco tiempo en buen estado, pues el 30 de agosto de 1800, un fuerte huracán destruyó el techo y dejó deterioradas sus paredes.

No fue sino hasta 1838 cuando se demolió ese templo para levantar uno nuevo, esta vez construido con bloques de lava sedimentada, muy gruesos y seguros, unidos con una mezcla conocida como calicanto.

Este segundo templo se estrenó alrededor de 1840, y hasta 1860 éste no se había concluido en su totalidad, pues en un decreto de ese año, del Ministro de Gobernación, se concedió permiso a la Parroquia de Escazú para que recolectara limosnas en toda la provincia de San José, con la imagen de San Miguel Arcángel, para la conclusión del mismo.

Con el paso de los años, el aspecto de la iglesia fue mejorando paulatinamente. Entre los años 1901 y 1903 se construyó el pórtico (techo con columnas en el frente) y la cúpula, siendo cura párroco el Pbro. Yanuario Quesada. Para esta época la población de Escazú superaba los 7000 habitantes.

Entre 1905 y 1908 el padre Salomón Valenciano mandó a construir la torre de ladrillos (véase la foto de 1915), la cual permaneció hasta marzo de 1924, cuando fue derribada por un fuerte sismo.

Posteriormente se levantó otra torre (véase la foto de 1935), la cual estuvo hasta 1952, año en que se inició la transformación total del aspecto interior y exterior del templo, y que se terminó en 1957, durante la administración del Pbro. José Manuel Coto.

En el lado norte del templo existió un monumento histórico en honor a San Miguel Arcángel, en acción de gracias por haber preservado al pueblo de Escazú del flagelo de la langosta en 1915.

A principios de este siglo se erigió un monumento, como recuerdo de la consagración del pueblo al Sagrado Corazón de Jesús, por el favor de dejarlos pasar sin penas ni calamidades de un siglo al otro. Este monumento existe actualmente al costado sur del templo.

Iglesia de Escazú 1935.


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